Los niños con TDAH tienen dificultades en el control de la conducta y de las emociones.
El tratamiento se basa en el uso de procedimientos conductuales, técnicas de autocontrol y autoinstrucciones, con el objetivo de fomentar el autocontrol y el pensamiento reflexivo, junto con el entrenamiento en habilidades sociales y técnicas para la mejora de la autoestima.